Libre de microplásticos, metales pesados, contaminantes químicos, bacterias y virus
Purificadores de agua de última generación. La mejor tecnología para ti y tu familia.
Sin emisiones de CO2 ni botellas de plástico
Sin almacenamiento, horarios ni repartos
De tiempo y dinero, sin alquileres de por vida, ni viajes al supermercado.
Sin tirones en la espalda ni dolores articulares, al no tener que cargar peso.
Agua purificada y remineralizada, ideal para el cuidado de la salud.
Cuidamos del medio ambiente contribuyendo a un mundo ecológico y sin plásticos.
Sin manipulaciones, ni almacenamiento exterior ni degradación por la luz solar
El proceso de purificación de agua potable, consiste en una serie de pasos a los cuales cual se somete el agua para eliminar contaminantes, microorganismos y residuos, tales como los nitratos, metales pesados, exceso de minerales, cloro, microplásticos, etc., con el fin de obtener agua de mayor pureza y calidad.
En el mercado podemos encontrar jarras con filtro, sistemas de filtración y de ultrafiltración, aunque para que realmente sean efectivos tendríamos que contar con un agua de origen muy blanda y de calidad.
Si realmente queremos purificar el agua y cuidar nuestra salud, la mejor opción es el sistema de ósmosis inversa, con o sin remineralización posterior, lo cual es a gusto del consumidor.
Existen cuatro formas de percatarnos al instante de la diferencia entre unos y otros.
El primero sería principalmente en el sabor del agua, dado que en los sistemas de filtración o ultrafiltración nos sigue recordando al agua del grifo.
La segunda forma sería utilizando un medidor de residuo seco, donde obtendríamos un valor muy por encima de 35 ppt (partículas por millón).
La tercera forma sería observando si el sistema tiene membrana y no solo filtros de sedimentos y de carbón.
Y por último, lo sabríamos si tiene dos tubos de agua conectados, uno de entrada y otro de salida, o solo uno.
La ósmosis inversa lleva dos tubos, uno de entrada y otro de salida al desagüe, dado que por definición desecha el agua menos óptima al ser rechazada por la membrana.
De alguna toma de agua potable, bien sea de la cocina, el baño o la que llega a la lavadora. Lo más importante es que el agua de origen sea potable.
Seguramente la mejor que podamos beber. Hemos limpiado sedimentos, exceso de minerales (sobre todo la cal), metales pesados, nitratos, microorganismos y el cloro utilizado para potabilizar el agua cuando posee todo lo anterior.
Tras eso hay sistemas con y sin remineralización posterior, a gusto del cliente.
La diferencia radicaría en beber un agua de mineralización débil o muy débil, a gusto del cliente, al igual que se escoge ese tipo de mineralización en el agua embotellada.
Hemos de tener en cuenta que los minerales los obtenemos de los alimentos y no solo del agua. Lo que no es sano es precisamente lo que elimina la ósmosis inversa.
Básicamente por la tecnología, diseño y materiales empleados.
Hemos de tener en cuenta varios factores a la hora de realizar nuestra elección: el tamaño que ocupa, durabilidad de los materiales, la preservación de la higiene en el sistema elegido para albergar los filtros, si posee algún sistema para evitar contaminaciones y fugas de agua, tipo de válvula para evitar derroche de agua en el proceso, si tienen depósito, de qué material es dicho depósito para evitar sabores desagradables, garantías, instalación e higienizacicón incluída o no incluída, etc.
En realidad es un proceso muy sencillo. Los tubos empleados para la entrada y salida del agua tienen el diámetro de un bolígrafo.
En Sansopol cuidamos mucho la estética y los acabados, evitando que se vean dichos tubos y utilizando regleta cuando es necesario.
Lamentablemente es algo común y no es sano, aunque siendo el agua potable es factible hacerlo.
Hemos de tener en cuenta que si el agua la sacamos ya caliente del grifo habrá arrastrado restos de las tuberías.
Hervir el agua del grifo hace que se concentren los metales pesados y la cal al evaporarse el agua. Los nitratos presentes en el agua se convierten en nitritos, muy dañinos para el cuerpo humano.
Y solo podemos estar seguros de matar los microorganismos si el agua ha hervido durante cinco minutos.
Básicamente que están pensados para un solo uso y ser guardado en lugar fresco y seco durante toda su vida útil, hasta que el agua es consumida.
Todos hemos visto como parece que una botella de plástico de agua expuesta al sol parece tener gas al ser abierta (cuando dicha agua es sin gas) y posee un sabor desagradable.
En muchas ocasiones no sabemos que tan expuestas han sido esas botellas al calor o luz solar. Y por otra parte, la reutilización de dichas botellas hace que se genere Bisfenol A, muy cancerígeno. Y además, estaremos ingiriendo microplásticos sin percatarnos de ello.
Son partículas de plástico menores a 5mm. Algunos de tamaño tan pequeño que son imperceptibles. Son producto de la degradación de los residuos plásticos.
Los plásticos de tamaño nanométrico pueden pasar a través de las membranas celulares.
Pueden causar desordenes en la alimentación y la reproducción, alteraciones en el metabolismo, cambios en la fisiología hepática, potenciar otros contaminantes orgánicos, etc.
Los nitratos son compuestos químicos inorgánicos derivados del nitrógeno (NO3-) que se encuentran de manera natural en pequeñas concentraciones en el suelo, los alimentos y las aguas superficiales y subterráneas.
La contaminación por nitratos en el agua se genera sobre todo en zonas de gran producción agrícola por la utilización masiva de abonos nitrogenados, históricamente aplicados en mayor cantidad de la que los cultivos pueden absorber.
De ahí lo que viene ocurriendo en La Manga del Mar Menor, donde vemos peces muertos en la orilla debido a dicha concentración de nitratos que llega al mar.
Los vertidos de aguas residuales y excrementos animales en zonas de ganadería intensiva pueden constituir también una fuente de nitratos en el agua, contaminando acuíferos, aguas subterráneas y siendo arrastrados por el agua de lluvia.
Según la OMS, las altas concentraciones de este compuesto en el agua de consumo humano constituyen un peligro para la salud de las personas.
La normativa que establece los criterios sanitarios de calidad para el agua de consumo humano en España es el Real Decreto 140/2003, el cual establece la concentración máxima permitida de nitratos en las aguas de consumo humano en 50 mg/l.
Según nos afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la etapa de lactancia exclusiva, es decir, desde su nacimiento hasta los 6 meses, no deben beber agua.
La leche materna les proporciona toda la hidratación que necesitan, evitando el riesgo de diarrea o desnutrición debido a su gran cantidad de nutrientes.
A partir de los seis meses se les debe preparar el biberón con agua de baja mineralización puesto que su sistema inmune no está totalmente desarrollado y es posible que contraiga infecciones a causa de los microorganismos que puede haber en el agua del grifo, por lo que el agua purificada a través de un proceso de ósmosis inversa es la mejor opción.
Hemos de recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no se recomienda que beban agua del grifo en sus primeros años de vida.
Los ancianos dejan de percibir la sensación de sed, por lo que tienen problema de deshidratación, sobre todo en verano.
Conviene que tengan siempre una botella de agua de cristal a mano, aumentar el consumo de frutas y verduras y evitar el café, té y el alcohol por su efecto deshidratador.
Y dado que cuanto más mayores, más hemos de cuidarnos, es crucial evitar metales pesados, exceso de minerales para no forzar el hígado, nitratos, microorganismos y el cloro, por lo que el agua purificada mediante un proceso de ósmosis inversa es idóneo para ellos.
Esta empresa ha sido beneficiaria del bono Kit Digital y lo ha utilizado para las soluciones digitales: gestión de redes sociales financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.