El ozono garantiza la destrucción de microorganismos biológicos como bacterias, virus, hongos o esporas, entre otros.
Ahorro en cada colada. Sin necesidad de detergentes, suavizantes ni agua caliente
Limpia, desengrasa y desinfecta cualquier superficie sin productos químicos
Eliminando los residuos de los productos químicos que lo contaminan
Lava en agua fría, ahorrando en electricidad.
Eliminando características corrosivas, reactivas, tóxicas, explosivas e inflamables.
Gracias a que ablanda el agua, al lavado en frío y a los programas cortos
Eficaz en todo tipo de superficies
Elimina para siempre las reacciones cutáneas producidas por los químicos
Del tabaco, animales, mal aliento, etc.
Eliminando los alérgenos que provocan erupción cutánea, urticaria, picazón, ampollas y descamación cutánea
Incluso elimina el olor y el mal aliento
Permite que brillen y luzcan como el primer día
Elimina fertilizantes, insecticidas y ceras
Ayuda a prevenir cualquier tipo de enfermedad o infección bucal, gracias a su suave efecto antibiótico, así como el mal aliento
Se produce de forma natural. Se trata de un gas presente en la naturaleza que se forma a partir de 3 átomos de oxígeno.
También es posible crear ozono gracias a generadores de ozono, como un equipo integrado dentro del propio generador que capta el oxígeno del exterior
No se recomienda beber el agua que sale del equipo de ozono ya que tiene niveles muy altos de oxidación y puede ser perjudicial para el organismo. Tampoco para mascotas. Aunque va muy bien para el mal aliento o la higiene bucal.
Se trata de una aplicación más efectiva y rápida como desinfectante del agua.
Algunas de las aplicaciones del agua ozonizada es: limpieza bucal, desinfección de alimentos y utensilios de cocina, lavado y desinfección de ropa, entre otros.
Debemos tener especial cuidado con el uso de algunos químicos ya que pueden deteriorarlos. La lejía, por ejemplo, pese a su alto poder desinfectante no está recomendada para la limpieza del acero inoxidable ya que puede dañarlo por su alto poder de abrasión.
Además, los productos específicos para metales, al igual que los de los cristales, suelen contener elementos dañinos para el medio ambiente y se debe tener especial cuidado por su alta toxicidad.
El agua con oxígeno activo, sin embargo, es una alternativa sencilla y económica que respeta los materiales y asegura su limpieza y desinfección.
Especialmente con la plata, que tiende a oxidarse, adquiriendo un color más oscuro, casi negruzco, impidiendo que luzca como siempre. Los productos que existen para su limpieza son caros y contienen agentes químicos.
El uso de agua con oxígeno activo hace que el sulfuro de plata, causante de esa “degradación”, se elimine y devuelva a la plata su color original.
En la limpieza de cristales y mamparas utilizamos desde amoniaco hasta los limpiacristales multiusos, todos ellos emiten vapores que, además de ser altamente tóxicos para las personas al ser inhalados, también lo son para el medioambiente y, por tanto, comprometen la salubridad de nuestro hogar.
El oxígeno activo, por otro lado, es una alternativa respetuosa con el medio ambiente y con nuestra salud, proporcionando excelentes resultados de limpieza.
Rotundamente sí, dado que el lavando de nuestra ropa con agua con oxígeno activo reduce la necesidad de detergentes y suavizantes y, por tanto, elimina los productos químicos de nuestra colada que producen los picores o enrojecimientos causados por alergias o hipersensibilidad a estos compuestos.
Eso no significa renunciar a la limpieza y a la eliminación de las bacterias y los malos olores, sino todo lo contrario.
Poder desinfectante mayor que el cloro y sin sabor residual.