Muchas personas optan en la actualidad por duchas con efecto lluvia, también llamados rociador efecto lluvia. Puede ducha de lluvia cuadrada, o redonda o bien una columna que la integre. E incluso con efecto cascada adicional. Poseen gran número de orificios, también llamados yets. Todo un placer a la hora de ducharnos.
Se recomienda limpiar regularmente la alcachofa con 2 partes de vinagre y una de agua, dejándola en remojo, y en caso de aguas duras, también se recomienda limpiar cada semana con un cepillo de dientes todos los orificios por los que cae el agua.
¿Y cuándo tenemos un descalcificador ecológico como Turbopol? ¿Qué ocurre? He aquí, una historia que nos ocurrió recientemente con Juanjo, un cliente que nos llamó diciendo que tras instalar el descalcificador le picaba la cabeza al ducharse y antes no le ocurría 😨 (sigue leyendo)
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La historia de Juanjo y su descubrimiento del descalcificador ecológico
Juanjo tuvo descalcificador salino en su día, porque en Sedaví (Valencia) hay muchísima cal. Y claro, la piel quedaba áspera y el pelo reseco, pese a utilizar buenos champús, los electrodomésticos le duraban poco tiempo, la grifería siempre tenía restos de cal, gastaba mucho detergente en la lavadora, etc. Los típicos problemas cuando se tiene cal.
Pero claro, tener un descalcificador salino supone estar pendiente de echar esos dichosos sacos de sal que tanto pesan. También hay que hacerle mantenimiento anual para asegurarse de que el agua no genera más corrosión de la que de por sí genera la sal (lo que ocurre cuando no está bien graduado y deja el agua con cero grados de dureza, haciéndola corrosiva). Y por si fuera poco, hay que hacer cambios de resina continuos (mínimo uno cada 3 años) que cuestan alrededor del 50% de lo que ya le costó el descalcificador, si no más. Y mejor no hablar de la contaminación que produce la salmuera con la que se limpia dicha resina cada día o casi cada día.
Debido a todo esto, a Juanjo le pasaba lo mismo que le pasa a la mayoría de las personas que tienen salino: que les dura poco tiempo (entre 6 y 10 años) o que deja de utilizarlo porque se le olvida la sal o se cansa de estar pendiente del dichoso aparato.
Pero un buen día, Vanesa, su mujer, le comentó que conoció a Jorge, de Sansopol, y que le había hablado de un descalcificador ecológico que no sólo impedía la formación de cal, sino que además eliminaba la que pudiera haber obstruyendo las tuberías y además las protegía de la corrosión (clica para leer más al respecto).
Así que, un buen día, se reúnen en su casa con Jorge. Lo primero fue comprender el funcionamiento de Turbopol (el descalcificador ecológico) y las ventajas que iban a tener. Posteriormente Jorge, tras ver dónde se tenía que instalar el sistema y cuantificar el coste que suponía, les ofreció el mejor precio posible. Y cuatro días más tarde, ya tenían todo instalado, limpio y el descalcificador salino retirado y depositado en el Ecoparque.
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¡Alerta! ¡Parece que el descalcificador no funciona! 😨
A los 3 meses Juanjo volvió a llamar a Jorge y le dijo que creía que el sistema no estaba funcionando. Por una parte, veía manchas blancas en la mampara del baño y por otra, le picaba el cuero cabelludo, cosa que antes de instalar el descalcificador no le ocurría 🫣
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Algo estaba pasando. Jorge fue a casa de Vanesa y Juanjo a ver qué ocurría. Y tras ver las manchas blancas en la mampara, pasó el dedo y… ¡se quedó limpio por donde lo había pasado! Tras eso, pasó un trapo por la mampara y quedó completamente limpia. ¿Qué estaba ocurriendo? Muy sencillo, que las manchas blancas eran restos de minerales (calcio y magnesio) pero no de cal (carbonato de calcio y magnesio), dado que si fuera cal no se eliminarían así de fácil, porque la cal precipita y para limpiarla hay que rascar con fuerza y usar productos especiales.
Pero quedaba la parte más importante, el picor en el cuero cabelludo tras la ducha. Jorge desenroscó la alcachofa de efecto lluvia y pasando la mano comprobó que habían piedras del tamaño de los granos de arena. Es más, había muchísima. Tras pasar varias veces la mano por los orificios pudieron apreciar que caían un montón de piedrecitas. ¿Qué era eso? Pues es lo que hacía que le picara la piel a Juanjo. ¡¡Eran piedras de cal!!
¿Y eso por qué ocurría? Jorge les explicó que el sistema disociaba iónicamente el carbonato de calcio y magnesio (cal) en minerales. Es decir, se tienen minerales que hidratan al beberlos, pero no cal que genera piedras en el riñón. El mineral no precipita, no daña la piel, no estropea el pelo, ni se pega en la mampara, ni obstruye tuberías, ni daña electrodomésticos, etc. Pero el sistema no solo disocia la cal en mineral, sino que además elimina la cal que hay previamente adherida a las tuberías, y las protege de la corrosión (al contrario que el descalcificador salino, que genera corrosión por la sal). Y eso es lo que estaba ocurriendo. ¡Turbopol estaba limpiando las tuberías de la cal que existía previamente y que estrangulaba el caudal del agua! Era una muy buena señal de que estaba funcionando.
Unos dos meses más tarde (esto depende de la acumulación de cal en las tuberías), dejaron de aparecer piedras en la alcachofa de la ducha. Las tuberías ya estaban completamente limpias de cal, alargando la vida de la instalación 😀 De forma ecológica, sin contaminar, sin corrosión y sin sacos de sal.
Juanjo le preguntó a Jorge por qué tardó la máquina unos meses en que quedara todo limpio. Y la respuesta era lógica. «Esto es como ir al gimnasio. Si vas un día no estás en forma, pero si vas de forma continuada sí. Aquí ocurre lo mismo, puesto que es una descalcificación ecológica. La descalcificación salina es como comer prsductos procesados que te sacian rápidamente pero no te nutre y a la larga te genera problemas de salud (bollería industrial, comida rápida, etc.). La de Turbopol es como alimentarte saludablemente con productos ecológicos » 💙 Dicho esto, desde el primer momento se disfruta del agua sin cal. Lo que tarda un poco más es la limpieza de la cal preexistente en las tuberías.
¿Quieres más pruebas de que el sistema funciona? Aquí tienes un vídeo 😉
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