Tienes la casa de tus sueños, recién comprada. Todo es perfecto, desde la cocina moderna hasta el baño con acabados impecables. Los mejores electrodomésticos, aerotermia, grifos de diseño, etc. Pero, falta algo por resolver, para proteger toda esa inversión. El problema del agua dura. Hace falta un descalcificador, pero no cabe en ningún sitio. ¿Qué se puede hacer?
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Sonia, y el problema de la cal
Ese era el caso de Sonia. Ella quería un descalcificador. Sabía que si tenía cal en la casa tendría el pelo apelmazado tras la ducha, le picaría la piel, tendría que rascar la mampara para limpiarla por los restos de cal, se le obstruirían las tuberías gradualmente afectando a la presión y el caudal, se le estropearía la grifería, gastaría mucho detergente en la lavadora y más electricidad por la cal en las resistencias y se le estropearían los electrodomésticos, sobre todo la aerotermia, que le había costado demasiado dinero como para permitir que se estropeara.
Después de investigar en Internet, María se dio cuenta de que muchas personas con problemas de cal instalaban descalcificadores salinos tradicionales sobre todo debido a la corrosión que producen (sobre todo en la aerotermia), la imposibilidad de poder beber ese agua o regar las platas, y la pesadez de tener que estar pendiente de los sacos de sal y los mantenimientos constantes. Pero no solo eso, sino que tampoco le cabía en ningún sitio. Entre el pequeño cuarto de lavadora, la cocina y el baño, Sonia no encontraba un lugar adecuado para un descalcificador.
Desesperada, contactó con varias empresas para ver si había alguna solución más pequeña. «Lo siento, pero nuestros equipos requieren espacio», fue lo que escuchó repetidamente. Parecía que tendría que aprender a convivir con la cal. Pero entonces, durante una conversación con una amiga, descubrió algo que cambiaría las reglas del juego: Turbopol.
Sonia no podía creerlo cuando descubrió Turbopol. Era compacto, eficiente. A diferencia de otros sistemas que ocupan mucho espacio y requieren instalaciones complicadas, Turbopol se podía colocar fácilmente en cualquier tubería sin importar su tamaño. No hacía falta tener un cuarto exclusivo para el descalcificador ni modificar la estructura de la casa. Es la magia de lo compacto.
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¿Dónde se instala un descalcificador?
Lo importante es que se instale en la tubería que da entrada a toda la vivienda, tras el contador, para aprovechar al máximo la descalcificación. El problema con los descalcificadores salinos es que no se pueden instalar en un cuarto de contadores a nivel individual y no siempre es sencillo hacerlo dentro de casa, sobre todo por dicho problema de espacio.
En el caso de Turbopol, es posible instalarlo en el cuarto de contadores, o en cualquier zona entre el contador y la entrada de la casa, junto a la llave de corte. Puede estar a la intemperie, porque al material que envuelve toda la tecnología le puede dar el sol, soporta los cambios de temperatura, puede caerle la lluvia e incluso aguantar el granizo sin problemas.
He aquí varias instalaciones donde puedes ver el tamaño que ocupa:
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Si te has visto en una situación similar a la de Sonia, donde el espacio en casa es limitado pero los problemas de cal no paran de crecer, quizás sea el momento de considerar a Turbopol. ¿Por qué luchar con soluciones que no encajan cuando puedes tener la mejor descalcificación con el mínimo espacio?
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