Podemos definirla como dermatitis atópica, piel atópica, irritación en la piel, dermatitis alérgica, eczemas, etc. Diferentes términos para expresar lo que quién lo sufre podría denominar, simplemente, pesadilla cutánea. Es algo que sufren millones de personas en todo el mundo, lo cual tranquiliza, no es una enfermedad rara de la que no se sepa nada, pero aliviar, aliviar, no alivia mucho. Y si no, que se lo cuenten a Marisa.
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La historia de Marisa y su aversión a la ducha
Marisa, ya en el período de lactancia, comenzó a sufrir de piel atópica. Aparecían ronchas de piel enrojecida, sobre todo en la cara. y la pequeña Marisa se rascaba continuamente, debido al prurito, es decir, por la sensación de picazón que provoca el deseo de rascar la piel. Esa sensación se experimenta como dolor, puesto que las señales de la picazón viajan por el mismo sistema nervioso, por lo que Marisa no paraba de llorar. Y poco a poco comenzó a escamarse la piel. Y no sólo eso, sino que también pasó al cuero cabelludo, lo cual podía dañar gradualmente el cabello, sobre todo por el prurito.
Y claro, ¿a qué padres no les duele ver sufrir a sus hijos? Es por ello que Marta y Juan, los padres de Marisa, trataron de averiguar todo lo posible sobre el tratamiento de la dermatitis atópica. Averiguaron que podía ser algo crónico, y que podía durar hasta la edad adulta. Que con la adolescencia Marisa lo sufriría sobre todo en codos y rodillas. También descubrieron que una de las razones podía ser por la humedad o el calor excesivo, dado que al sudar se irritaba la piel. Que quienes tienen dermatitis atópica poseen una especial susceptibilidad a las infecciones de la piel. Que habría cremas, remedios caseros, etc.
Fueron aplicando esas cremas y remedios caseros y según Marisa iba creciendo, algo más ocurrió. La niña evitaba la ducha, porque la había asociado con el picor en la piel. Era una pelea diaria conseguir asearla. Si por ella fuera, no se ducharía nunca. Berridos, gritos, lloros, patadas, un sinvivir. La cal presente en el agua puede agravar los síntomas de la dermatitis atópica. Sus propiedades irritantes pueden secar la piel, aumentar la picazón y contribuir a la inflamación. Para aquellos que sufren de esta afección, minimizar la exposición a la cal en la ducha puede marcar la diferencia en la gestión de los síntomas.
Pero no hay mal que por bien no venga. Porque eso les sirvió para comprender que una de las principales causas podía ser la calidad del agua de ducha, y dado que donde vivían el agua es muy dura, comprendieron que tenía que ver con la cal. Así que esa negativa de la pequeña Marisa a ducharse acabó sirviendo como detonante para instalar Turbopol en su casa. El descalcificador sin sal y ecológico de Agua Sansopol. Desde entonces, Marisa apenas sufre de picores. Solamente en períodos muy, muy concretos. Ya no sólo se ducha, sino que le encanta. Marta y Juan no pueden estar más agradecidos.
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¿Cómo aliviar la dermatitis atópica?
Si sufrimos de dermatitis atópica, conviene llevar ropa ancha, a ser posible de algodón o hilo. Y también cuidar el tipo y la cantidad de detergente que utilizamos.
A los niños les afecta más, puesto que tienen una piel más delicada y menos resistente. Conviene cortarles muy bien las uñas y mantenerlas limpias, para evitar las escamas en la piel al rascarse y las sobreinfecciones de la piel.
Si es necesario, también usar pomadas, cremas o soluciones hidratantes y emolientes, a fin de mantener una hidratación adecuada de la piel. Y si se llega a una fase aguda, puede ser necesario usar corticoesteroides por vía tópica u oral, siempre bajo supervisión médica.
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La dermatitis atópica y la cal en la ducha
En cuando a la ducha diaria, uno de los problemas del agua dura es que nos da la sensación de que nuestros productos de aseo personal no son tan efectivos, por lo que es fácil que utilicemos más cantidad de champú o gel. Si además tienen agentes irritantes entonces el riesgo de daño para la piel es mayor. Evidentemente, usar champús o geles especiales para pieles sensibles o atópicas puede ayudar, así como evitar la temperatura elevada en la ducha. Pero no es suficiente.
La cal o calcita, es decir, el carbonato de calcio y magnesio, presente en el agua agrava los síntomas de la dermatitis atópica, puesto que queda adherida a la piel, taponando los poros y resecándola, sobre todo en zonas sensibles como la cara. Por ello, sus propiedades irritantes de la cal pueden secar la piel, aumentar la picazón, contribuir a la inflamación y envejecimiento prematuro de la piel. Para aquellos que sufren de esta afección, minimizar la exposición a la cal en la ducha puede marcar una gran diferencia en la gestión de los síntomas, además de ayudar a restaurar la barrera cutánea.
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La solución a la cal en el agua: Turbopol
Turbopol es un descalcificador ecológico no salino que soluciona el problema de la cal (carbonatos cálcico y magnésico), convirtiéndola en minerales de calcio y magnesio. De esta forma conseguimos que no precipite, protegiendo tuberías, electrodomésticos y la piel al ducharnos, siendo la solución idónea para los problemas cutáneos derivados del agua dura.
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